No creo en el Plan Kalergi.
Ya está, queda dicho. Lo he reflexionado mucho, he indagado y he cuestionado todo cuanto me presentaban unos y otros (defensores y detractores). Las conclusiones que he sacado me llevan a seguir encogiéndome de hombros ante la avalancha de simplicidades e hipótesis parcialistas.
Y lo lamento, de veras. ¿Te ofende profundamente que cuestione la veracidad del Plan Kalergi?
Es muy humano querer simplificar las cosas de tal manera que estas encajen en el filtro ideológico de cada uno. Parece algo muy judío el infiltrar y debilitar a las sociedades occidentales, y el Plan Kalergi, así como hicieron en su día Los Protocolos, viene como anillo al dedo. Encaja y puede tener gran parte de sentido. Sobre todo colocando a los sionistas en el centro del meollo (supervillanos ellos, que parece ser que han corrompido hasta la médula a la élite española, tan piadosa, casta y desinteresada como es ella).
En fin, tiendo a pensar que hay muchas cosas que simplemente pasan porque les ha llegado su momento. También se dan muchos eventos por causas que ni siquiera hemos empezado a concebir.
Creo que el Plan Kalergi no es tal. Podríamos hablar de un Efecto Kalergi, si queremos tomar prestado el término y acuñarlo tras la insistencia de muchos (aunque puede que no fuera justo con la figura histórica de Coudenhove-Kalergi, autor del tratado de Pan-europa).
Realmente no creo que las crisis migratorias que padece Europa (y parte de todo el mundo desarrollado), se deban a una planificación minuciosa. Puede ser consecuencia de un prolongado hastío cultural y de la Sociedad Globalizada. De esta época pos-imperial, en la que la gente, hastiada y egocéntrica, ya no defiende lo suyo, su identidad nacional, sino que se tiende a la ciudadanía universal, a un relativismo cultural mal entendido.
Mantengo que, aun con plan o sin él, el profético autor Raspail en su obra El Desembarco tenía razón, y a la vista está. Acertó con el futuro porque lo único que tenía que hacer era observar a los hombres de su presente. Y de la misma forma nosotros, nietos del Mayo del 68, si queremos saber lo que pasa por la mente de nuestros gobernantes, bien podríamos observar a nuestro vecino (o a nosotros mismos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario