Vedatrismo vs Conservadurismo y Progresismo (parte 1)

 

En España, durante el Destape, vivimos una de los momentos más perniciosos tras la muerte del dictador y la caída de los mandatos puritanos. Todos los problemas que acontecieron durante la posmodernidad han sido achacados a la falta de valores tradicionales, pero ¿Qué opinión guarda de esto el Vedatrismo?Nuestra filosofía, que tiene su origen en los Manuscritos del Jerte, sin duda venera ciertos aspectos tradicionales, pero su visión de la tradición quizás guarde muchas diferencias con la de los conservadores y neoconservadores, y hoy hablaremos de ello para resolver dudas. 
El Vedatrismo efectivamente es tradicionalista , pero hace un análisis muy utilitarista de la tradición. Es consciente de que esta es fluctuante, y está sujeta a circunstancias geográficas e incluso al capricho de la Fortuna. Sin embargo, pone el foco en los tres aspectos del Veda continuamente, y es una filosofía que está muy bien dirigida a analizar la esencia de las cosas, "el ímpetu que lleva a la buena vida", la sabiduría que es digna de heredarse, y que ha de llevar ante todo, a la justicia, y a la felicidad de sus practicantes.
El conservadurismo ha sido deslegitimizado en Europa muchas veces. Lo fue, sobre todo, cuando la bala que mató al Archiduque Francisco Fernando auspició el conflicto que la llevó a desangrarse a sí misma en 1914. Generaciones de jóvenes de toda Europa asesinados estúpidamente por intereses económicos y coloniales, que efectivamente quedaban revestidos y blanqueados por estos "valores tradicionales" como el patriotismo y la lealtad a un rey no elegido y ajeno al sufrimiento del pueblo.Desde el momento en el que durante tantos años estas palabras fueron desprovistas de todo honor, empezaron a calar hondo en la sociedad como conceptos nocivos, y esta, cada vez más liberal, se vuelve a su vez más cínica, pero, ¿Cómo culparla? 
Las monarquías quizás no fueron las causantes de toda guerra como establecía Kant en su ingenuidad, ya que se ha demostrado que sus idealizadas Repúblicas han llegado a ser igual o más sanguinarias que las mismas. Después de que los valores tradicionales fueran sustituidos por conceptos amables y más humanos como la igualdad y la fraternidad, también estos empezaron a ser utilizados como coartada sanguinaria y usurera. 
Actualmente vemos una crisis de natalidad sin precedentes en todos los países pos-industriales. Siempre he opinado que si de verdad el marxismo, la comunidad LGBTI,  o alguna filosofía en concreto fuera culpable de esta situación, entonces la solución sería simple, y fenómenos similares que se repiten en Corea y en otros países homófobos y conservadores no se darían. Realmente es algo multi-factorial, una situación dada por un desarrollo tecnológico para el cual el ser humano no estaba preparado. La revolución sexual, que no deja de ser un regreso a los valores primitivos de reproducción, son también un principal aliciente. 

Si el instinto femenino y masculino de reproducción campan a sus anchas, entonces vemos como la hipergamia atávica femenina hace que estas generen expectativas imposibles de cumplir en una sociedad igualitaria y monógama. Si todas las mujeres solo aspiran al macho que es mejor que ellas, entonces irremediablemente solo unos pocos afortunados acabarán apareándose, imitando así a los primates y a las especies más similares a la nuestra. La poligamia no es ejercida por la presencia de un macho todopoderoso que obliga a las mujeres a estar con ellas, sino que son a menudo las hembras de la especie la que establecen quién es el macho alfa y digno de sus afectos. Esto ha provocado una plaga de divorcios sin precedentes (en torno al 90% en España y Portugal mientras escribo esto en 2023), así como una crisis de soledad masculina, ansiedad, desamparo. Es un campo de cultivo perfecto para que el nihilismo siga haciendo mella en las consciencias de la juventud.  El fenómeno de las madres solteras se han multiplicado, y muchísimas parejas, que ya de por sí son menos en número, deciden no tener hijos debido a las dificultades materiales, y al hecho de que el niño es principalmente un gasto, y no una ayuda para cuidar a la granja o a la familia.  EL ESTADO SUSTITUYE A LA FAMILIA PARA TODO MENOS EN LO QUE ES VERDADERAMENTE IMPORTANTE: LA REPRODUCCIÓN. 
Si tenemos entonces en cuenta que ni el Antiguo Régimen y su tradición pudieron subsistir, en sociedades esclavizantes e injustas, y tampoco la Modernidad nacida a partir del nacimiento del estilo de vida burgués y acomodado, han logrado aportar una solución definitiva al problema europeo ¿Por qué entonces los valores tradicionales del Vedatrismo son la solución ante la caída inminente de España, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, y los otros países "ricos" de Europa?

Existen varios motivos, pero los más esenciales:

•  El Vedatrismo es natalista, enfocado en la crianza y en el futuro de las siguientes generaciones. Su natalismo deriva de su visión largoplacista, algo que Savitrí estableció 100 años antes que Sigal Samuel o William MacAskill, y de manera mucho más sagaz e incisiva. 

• Es una filosofía que no reniega de la fortaleza y la fuerza, pero ante todo, del código que ha de regirla. La violencia es parte de la vida, y esta sociedad amanerada la rehúye constantemente. El Vedatrismo establece un código muy parecido al de las artes marciales. No confunde pacífico con inofensivo. Es consciente de que el mundo es lucha. 

• Aun con todo esto, el Vedatrismo es relativamente progresista para una filosofía nacida en el siglo XIX. Savitrí, al contrario que los autores abrahámicos,  nunca habló contra los homosexuales ni censuró a nadie por sus inclinaciones. En un pasaje de los Manuscritos incluso podemos ver cómo permite que dos niños maltratados por su padre alcohólico se vayan a vivir con sus "dos tías solteras". Establece que "la familia es donde uno sienta su hogar, y dicho hogar es la familia". Por ello el Vedatrismo tampoco es incompatible con ciertos aspectos de la tolerancia nacidos del mundo moderno y que tanto han calado en la Europa actual. 

• Los valores Vedatristas son ante todo imperecederos y eternos, y van mucho más allá de los conceptos de conservadurismo y progresismo. Europa necesita urgentemente un códex que establezca una nueva fundación moral y filosófica. La micronación de Luxetân es pionera en un nuevo estilo de vida. Quizás sea tarde para intentar cambiar las cosas, pero al menos se establece un ejemplo de cómo podrían haber sido (pues como dijo Camus, el mal siempre vence, pero aún así,  es necesario luchar contra él).